El Debate
El debate es una técnica para discutir de modo
formal, pero se realiza de modo dirigido, es decir es necesaria la presencia de un
moderador que vaya cediendo los turnos de la palabra; generalmente, cuando se habla
de debate pensamos en una acalorada discusión, esto no
precisamente debe ser así, pero es cierto que esta técnica implica cierto grado
de controversia, donde los participantes poseen distintos puntos de ver las
cosas y defienden esta postura.
Esta técnica corresponde a un tipo de discurso oral, donde las
personas que mencionamos anteriormente, se agrupan en dos bandos que tienen una
posición opuesta entre ellos, ante el tema a analizar y tratar en una ocasión
específica; con el fin de argumentar el porqué de su ideología y
fundamentar en ello. Es así que el rol del moderador es mucho más que velar por
el correcto funcionamiento de los turnos del habla, también debe controlar la
situación si se desborda y dirigir a los participantes, teniendo una labor de
líder del debate.
REGLAS DEL DEBATE
·
Los
participantes deben hacer intervenciones breves y no monopolizar el asunto.
·
No es
productivo que los integrantes, de un mismo grupo, vayan reiterando las ideas
de otro, aunque sea con el propósito de dar más fuerza a la opinión anterior.
·
Se debe
evitar atacar al “oponente”, aun cuando se considere que el argumento contrario
carece de peso, es fundamental evitar las agresiones verbales y faltas de
respeto, incluida la ironía, pues para dar valor y soporte a una idea no es
necesario recurrir a las descalificaciones, sino que se debe defender la
postura con bases sólidas y no minimizando al otro.
CARACTERÍSTICAS DEL DEBATE
·
Dos
grupos que defienden distintas posturas acerca de un mismo y único tema.
·
Obligatoriedad
de un coordinador o moderador de la sesión.
·
Cada
grupo debe tener un conocimiento sólido referente al asunto a tratar, idealmente
ser expertos en ese contenido.
·
El debate
debe responder a una duración cronológica establecida y las intervenciones del
mismo modo, siendo equitativas para ambos grupos.
·
Si uno de
los miembros se siente agredido o se está desvirtuando la intención de sus
palabras o mal interpretando, éste puede interrumpir – con respeto – al otro o
recurrir al moderador.
·
El tema
se trata sin rodeos, sino que aludiendo directamente al asunto que les reúne en
el debate.
·
La sesión
finaliza con un cierre o conclusión por parte del moderador, quien resume las
diferentes posturas e invita a los oyentes a formarse su propia opinión del
tema, teniendo en cuenta los argumentos que ha oído a lo largo del debate.
ETAPAS DEL DEBATE
En
ocasiones el debate se realiza a modo de prueba entre equipos, donde se halla
la presencia de un jurado que evalúa el desempeño de cada grupo; cuando esto
ocurre hay un conjunto de pasos, fases o etapas que se deben tener en
consideración:
FASE ARGUMENTATIVA
Los
integrantes de cada equipo cuenta con unos pocos minutos (dos o tres), para dar
su parecer en cuanto al tema de dicha sesión. Del cumplimiento del tiempo
establecido se encarga el coordinador.
FASE DE REUNIÓN
Aquí el
equipo se junta para ver lo que realizaron en el paso anterior y prepararse para
la fase que comenzará, donde deben contraargumentar y para eso el líder del
grupo seleccionará a quienes debatirán en esta etapa.
FASE DE CONTRAARGUMENTACIÓN
Esta
etapa se desarrolla de forma alternada, donde cada equipo interviene y afirma
su postura inicial y refuta las ideas de sus oponentes, sintetizando – al final
de este paso – lo expresado por su bando.
FASE DE VEREDICTO
El jurado
entrega su evaluación, respecto al desempeño de los dos equipos. Este veredicto
es dado al Presidente del Comité Evaluador, quien sentenciará el fallo final.
FASE DE FORO
La
audiencia puede opinar acerca del debate que ha presenciado, sin que esto tenga
alguna injerencia en la decisión última.
Es
imprescindible no olvidar que el debate es una instancia de polémica o
controversia, donde lo que prima dentro de él es una situación de tipo
argumentativo, es así que los fundamentos de las posturas deben ser sólidos y
claros, con un vasto conocimiento del punto de vista o idea a defender, pues de
lo contrario el debate pierde fuerza, peso e interés.